Desde el pasado domingo, China permite el ingreso sin visa a ciudadanos de Argentina, Brasil, Chile, Perú y Uruguay por un período de hasta 30 días. La medida aplica a viajes con fines turísticos, de negocios, de intercambio cultural o en tránsito, y estará vigente de forma experimental hasta el 31 de mayo de 2026, según informó el Ministerio de Relaciones Exteriores del país asiático.

El anuncio se dio a conocer durante la cuarta reunión ministerial del Foro China-CELAC, celebrada en Pekín, en el marco de una estrategia más amplia para estrechar vínculos con América Latina y el Caribe. Con esta decisión, China busca fomentar una conexión más directa con los países de la región, tanto en el plano comercial como cultural.

Desde el sector privado, la recepción fue inmediata. Ryan Yang, gerente general de la firma tecnológica Sinogas, con sede en Tianjin y operaciones en varios países de la región, expresó que la eliminación del visado “resuelve un verdadero cuello de botella en nuestras operaciones comerciales”. “Los clientes ahora pueden venir para realizar inspecciones de fábrica, demostraciones de productos y sesiones de entrenamiento sin semanas o meses de demoras esperando visas”, agregó.

En paralelo, el comercio bilateral entre China y América Latina ha experimentado un notable crecimiento, duplicándose en los últimos diez años y alcanzando los 518.400 millones de dólares en 2024, de acuerdo con datos de la agencia oficial Xinhua.

Mientras China exporta tecnología, vehículos eléctricos y maquinaria, los productos latinoamericanos también han ganado terreno en el mercado asiático. Ejemplos emblemáticos son las cerezas chilenas y la carne vacuna argentina, que se han convertido en artículos comunes en la dieta de muchas familias chinas.

Con la nueva política de libre acceso, se espera un mayor dinamismo en los intercambios económicos, turísticos y culturales entre ambas regiones, impulsando una cooperación cada vez más fluida y profunda.