Política | Ayer

Panorama adverso

El futuro económico de Río Negro queda condicionado por una deuda que compromete la gestión de Weretilneck

La pérdida de respaldo nacional y el limitado margen presupuestario empujan al gobierno a pedir nuevo financiamiento para evitar un colapso operativo.

El gobierno de Alberto Weretilneck se enfrenta a un 2026 sumamente complicado desde lo político y lo económico. Con un presupuesto condicionado, sin respaldo parlamentario y con las arcas provinciales al límite, el mandatario prepara una nueva toma de deuda a través de letras de financiamiento para poder cubrir los gastos corrientes del próximo año, que será votada el próximo 20 de noviembre en la Legislatura rionegrina. 

La falta de respaldo político tras la pérdida de bancas nacionales deja al Ejecutivo sin poder de negociación en Buenos Aires. En la Casa Rosada, aseguran que no habrá prioridad para los reclamos provinciales, mientras la gestión rionegrina intenta sostener un esquema que hace tiempo dejó de ser sustentable.

El presupuesto 2026 muestra un panorama crítico: más del 80 por ciento de los recursos estarán destinados al pago de salarios, deudas y transferencias a municipios, dejando un margen mínimo para inversión y obras públicas. En ese contexto, la emisión de letras se perfila como la única salida para afrontar los compromisos inmediatos, aunque significa seguir acumulando deuda de corto plazo en una economía provincial cada vez más frágil.

Weretilneck sabe que no hay mucho margen para errores. Con un gobierno nacional que ya no responde y no responderá a los llamados desde Viedma, y con una oposición fortalecida, el 2026 se proyecta como un año de alta tensión fiscal, desgaste político y posible conflictividad social. La administración provincial llega a fin de año intentando apagar incendios financieros, pero todo indica que la tormenta recién comienza.

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