El intendente de General Rodríguez, Mauro García, y su esposa, la concejal Silvia Figueiras, han generado controversia al evidenciarse su fascinación por la adquisición de vehículos de alta gama. En los últimos años, ambos han realizado compras que han levantado cuestionamientos en la opinión pública, especialmente en un contexto de restricciones presupuestarias y promesas de austeridad.

En particular, se ha destacado que Figueiras adquirió un Toyota Yaris XLS Pack 1.5 CVT, valuado en aproximadamente 30 mil dólares, mientras que, en el mismo periodo, se acumularon multas impagas por un monto cercano a 653 mil pesos durante 4 meses. Informó Realpolitik.

Además, las críticas se intensifican al revelarse que tanto García como Figueiras perciben múltiples sueldos del Estado. Los ingresos provienen no solo de sus funciones municipales, sino también de la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, lo cual añade complejidad a la situación al compararse con las medidas de austeridad prometidas.

Cabe recordar que en diciembre de 2019, el intendente anunció que él y más de cien integrantes de su gabinete trabajarían ad honorem, en respuesta a la difícil situación económica del municipio. Dicho compromiso parecía orientado a reducir costos y demostrar responsabilidad ante la ciudadanía. Resaltó Realpolitik.

La discrepancia entre las acciones recientes y los compromisos asumidos anteriormente ha encendido el debate sobre la ética en el manejo de los recursos públicos. La ciudadanía se pregunta si la adquisición de bienes de lujo y el cobro de múltiples sueldos se justifican en medio de una situación económica complicada para el Municipio.

Mientras tanto, diversas voces de la sociedad exigen mayor transparencia en la administración municipal, reclamando explicaciones sobre estos ingresos adicionales y la coherencia con las promesas de austeridad emitidas en tiempos de crisis. La presión pública por clarificar estos aspectos podría marcar un antes y un después en la gestión del intendente y su equipo. Concluyó Realpolitik.