En un contundente comunicado, Walter Eiguren, presidente del Partido Moderado de Santa Fe, lanzó una advertencia explosiva: "Javier Milei y Cristina Fernández de Kirchner tienen un enemigo común… ¡Los Moderados!".

Con un estilo que desnuda las miserias del espectáculo político, Eiguren acusó a los extremos de apalear la convivencia a golpe de calumnia y estridencia.

"Divide y reinarás, tan viejo como los caminos de tierra", lanzó Eiguren en su misiva, subrayando que tanto el mileismo como el kirchnerismo recurren a la misma estrategia: escándalos, agresiones verbales e insultos para avivar la polarización.

"El Presidente pasea en el pony de la soberbia y Cristina cabalga ondo la mula de la confrontación. Ambos compiten por ver quién es más ruin en sus métodos", disparó el dirigente santafesino.

Según Eiguren, la Argentina "despeinada" clama por moderación en un clima en el que "los gritos, los insultos y la agresividad nublan cualquier intención de gestionar seriamente". Para él, la polarización es "un negocio redondo" para los bloques fanáticos, que se nutren del odio para mantener a su tropa cautiva y despreocuparla de la realidad.

El líder moderado advirtió que, sin un proyecto de país consensuado, "caeremos cada día más en el abismo de la grieta, separándonos hasta el límite de la ruptura de nuestra unidad nacional". Para revertir este escenario, destacó, "no basta con criticar: hay que construir desde el diálogo, el encuentro y el perdón".

El comunicado concluye con un llamado a la esperanza: "Moderación es sinónimo de paz, reconciliación y normalidad. No importa si hoy somos un partido pequeño; lo esencial es la dirección, y la nuestra apunta a reconstruir la República". Un desafío mayúsculo, pues Eiguren reconoce que "tanto el kirchnerismo como el mileismo ya defienden que no hay lugar para la moderación… Y por eso nos tienen miedo".

Con esta andanada, el Partido Moderado se erige como la "opción intermedia" que desafía a los dos grandes titanes del ring político. El pulso está dado: ¿Será suficiente la templanza para derrotar al ruido? La pulseada, sin duda, recién comienza.