El Paris Saint Germain se coronó campeón de la Champions League por primera vez en su historia tras vapulear 5-0 al Inter en una final despareja en Múnich. Luis Enrique, con un planteo táctico impecable, desarmó por completo el esquema de Simone Inzaghi, dejando en evidencia la rigidez del conjunto italiano.

Con una rotación constante y sin posiciones fijas, el PSG anuló a los tres centrales del Inter, desbordó su mediocampo y aisló a delanteros como Lautaro Martínez y Marcus Thuram, que no encontraron respuestas ante la presión asfixiante de los franceses.

Desde el arranque, el PSG impuso su superioridad, con un 2-0 en los primeros 20 minutos que marcó el tono del partido. Hakimi, Vitinha y un estelar Doué, autor de dos golazos, lideraron un equipo que combinó salida limpia desde el fondo, presión alta y un fútbol brillante, con goles de alta factura, como el primero de Hakimi tras una jugada colectiva.

El Inter, superado en todos los sectores, no logró reaccionar ni siquiera en actitud, y la segunda mitad fue un monólogo francés, con más espacios que derivaron en una goleada histórica.

Luis Enrique, con un récord perfecto de 11 finales ganadas, demostró que el PSG es un equipo completo, incluso sin Kylian Mbappé, y reafirmó su filosofía: “Sin él, seremos mejores”.

El técnico español, con una humilde remera negra y un pasado marcado por la tragedia personal, consolidó un proyecto que combina talento, intensidad y cohesión. Mientras el Inter, con un Lautaro Martínez impotente y sin remates al arco, quedó en shock, el PSG celebró un título que lo consagra como un gran campeón y a Luis Enrique como un técnico de época.