En un partido que prometía emociones, el PSG demostró una superioridad abrumadora frente al Real Madrid en el estadio MetLife de New Jersey, en el marco del Mundial de Clubes.

Desde el arranque, el conjunto parisino impuso su ritmo con un dominio absoluto en todas las facetas del juego, liderado por un inspirado Vitinha. En apenas 24 minutos, el PSG ya había marcado tres goles, aprovechando errores defensivos de Antonio Rüdiger y Marco Asensio, aunque su juego colectivo sugería que los tantos podrían haber llegado de cualquier forma.

Khvicha Kvaratskhelia, Désiré Doué y Ousmane Dembélé, en su debut como titular, fueron piezas clave en una ofensiva imparable. Vitinha se erigió como el cerebro del equipo, manejando los tiempos del partido con una precisión quirúrgica.

El mediocampista portugués fue el socio ideal de sus compañeros, alternando pases cortos y largos, activando a los delanteros y mediocampistas con una visión de juego magistral. Acompañado por João Neves y un efectivo Fabián Ruiz en la faceta goleadora, el PSG no dio respiro a un Real Madrid que no encontró respuestas.

La exhibición del primer tiempo dejó claro por qué el equipo de Luis Enrique es considerado el mejor del mundo, tras haber superado con igual autoridad a Inter Miami en rondas previas.

En la segunda mitad, el PSG bajó el ritmo para gestionar energías bajo el intenso calor, pero ni así permitió que el Real Madrid reaccionara. Los intentos del conjunto merengue fueron tímidos y nunca pusieron en riesgo la ventaja parisina.

Sobre el final, el equipo francés cerró su actuación con un cuarto gol que selló una goleada histórica. Con este resultado, el PSG se posiciona a un paso de consagrarse en el Mundial de Clubes, dejando en evidencia que, en su actual forma, es un equipo prácticamente imbatible, incluso frente a un gigante como el Real Madrid.