
Política | 10:50
Milei busca aire afuera tras el golpe en Buenos Aires
De las urnas al Sheraton: Milei se refugia en Paraguay con Peña y la derecha global

El presidente Javier Milei no se quedó a lamerse las heridas después de la dura derrota electoral en la provincia de Buenos Aires. Con la agenda local en llamas y su espacio político bajo presión, decidió retomar el tablero internacional. El martes estará en Paraguay, en una visita de Estado donde lo recibirá su par y aliado, Santiago Peña, con quien mantiene una sintonía política que lo conecta directamente con la derecha global.
La agenda incluye encuentros con los tres poderes paraguayos y una aparición estelar en la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), el megaevento de la derecha internacional que esta vez tendrá sede en el Hotel Sheraton de Asunción. Milei no llega como espectador: es invitado especial y compartirá cartel con Peña, en un foro que suele reunir a figuras cercanas a Donald Trump y Benjamín Netanyahu.
En paralelo, Milei canceló la visita que tenía prevista a Santiago Abascal, líder de Vox, tras el revés bonaerense. Pero mantuvo el viaje a Paraguay, quizás por la foto estratégica que le da Peña y por el eco que tendrá su discurso entre conservadores de la región.
No está claro quién lo acompañará: el canciller Gerardo Werthein es candidato fijo, pero la incógnita sigue siendo su hermana, Karina Milei, todavía salpicada por audios que la vinculan a supuestos manejos turbios con los Menem. Ella fue clave en la campaña, pero viene esquivando giras internacionales.
La gira no termina en Asunción. El lunes 22 Milei volará a Nueva York, donde hablará en la Asamblea General de la ONU el 24. Allí lo esperan las cámaras del mundo, un día después del discurso de Trump y con una bilateral pedida por Netanyahu.
Por ahora, Milei hace equilibrio: mientras la política doméstica se recalienta y las encuestas muestran desgaste, apuesta al exterior para mostrarse fuerte. Su receta es clara: fotos con Peña, tribuna en la CPAC y micrófono abierto en la ONU. La pregunta es si ese capital internacional logrará recomponer lo que perdió en las urnas argentinas.
