
Política | 20:44
Encrucijada partidaria
Maximiliano Abad, en medio de una transición convulsionada: emboscada política en Mar del Plata y tensiones en Tandil
El senador radical quedó expuesto a un doble frente de desgaste: el desembarco de Nuevos Aires en su ciudad natal y las disputas entre aliados en Tandil, que lo obligan a reconfigurar su rol dentro de la UCR.

La figura de Maximiliano Abad, ex presidente de la Unión Cívica Radical bonaerense y actual senador nacional, atraviesa un proceso de desgaste que se refleja en distintos frentes políticos.
Su liderazgo, cuestionado desde que la UCR quedara relegada en el tablero electoral bonaerense, es señalado como responsable de la pérdida de protagonismo de un partido que, por primera vez desde 1983, no tuvo lista propia en las elecciones legislativas nacionales.
En Mar del Plata, se montó una verdadera emboscada política contra Abad con el lanzamiento de la agrupación Nuevos Aires, encabezada por la periodista Gabriela Azcoitía, que goza de alta imagen positiva (82 por ciento de conocimiento público).
El acto incluyó un despliegue con drones y cartelería en distintos puntos de la ciudad. Sin embargo, la jugada terminó favoreciendo en la gráfica a Ariel Martínez Bordaisco, ex senador provincial, y a Alejandro “El Ruso” Rabinovich, mano derecha del intendente Guillermo Montenegro, quien renovará su banca como senador por la segunda sección electoral, pese a residir en Palermo Soho.
En paralelo, en Tandil, Abad también enfrenta turbulencias políticas. Sus socios locales, Marcos Nicolini (UCR) y Mauricio Manazzoni (PRO), confrontan con el histórico intendente Miguel Lunghi, a quien acusan de conducir una ciudad “caótica y descontrolada”.
Las críticas chocan con el reconocimiento nacional de Tandil, considerada una de las ciudades con mayor calidad de vida del país, con crecimiento sostenido, inversiones privadas en diversos sectores y una articulación estratégica con la UNICEN, universidad pública de referencia en la región.
Lunghi es señalado incluso como un “estadista” por haber dotado a la ciudad de infraestructura energética y sanitaria propia, además de una fuerte planificación urbana.
La sombra de Abad también se proyecta en Mar del Plata a través de su rol en el ascenso de Guillermo Montenegro como intendente de General Pueyrredon, una gestión que acumula altos índices de desaprobación. En este marco, un periodista invitado a un reciente acto no dudó en lanzar una comparación lapidaria: “Mar del Plata es La Matanza de la Costa Atlántica”.
Así, entre el desgaste radical tras su conducción, las internas locales en el conurbano y los cuestionamientos de sus propios socios en Tandil, Maximiliano Abad transita una transición política marcada por la pérdida de centralidad y el avance de otros liderazgos dentro y fuera de la UCR.
