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Red de favores
Pergamino, en la mira por contratos y aportes políticos
La unidad peronista es puesta en duda por testimonios que hablan de pactos económicos para acceder a obras y espacios institucionales.

Detrás del discurso de unidad que pregonan los referentes peronistas de Pergamino, se esconde un sistema de recaudación que involucra a dirigentes locales y nacionales.
Fuentes en "off" describen una "conveniente unidad" que no busca la cohesión política ni el bienestar comunitario, sino la captura de recursos a cambio de espacios y contratos.
La llegada de Katopodis y la convocatoria "rentada"
La reciente visita de Gabriel Katopodis a Pergamino fue la excusa perfecta para convocar (y cobrar) adhesiones.
Según relatan colaboradores del ministerio, quienes son invitados a formar parte del espacio deben "aportar" una suma económica. Este mecanismo, articulado por los dirigentes Maximiliano Bormioli y Gabriela Martínez, se replica en menor escala por Claudio Agudo y Marino Aguirre, apuntan las mismas fuentes.
Aristas del "negocio": cajas y contrapartidas
El entramado de recaudación se extiende a varias instituciones municipales y a las obras públicas.
- Cooperativa Eléctrica: habría sido "compartida hasta los cimientos", con funcionarios que frenan ajustes y ajustan beneficios para privatizar el cementerio, el crematorio y las salas velatorias.
- Obra Pública: Eugenio (ex Sanifer) sería el operador de Bormioli, mientras que Bartoli oficia de vínculo para Martínez. Ambos manejan las licitaciones y adjudicaciones de contratos para empresas afines.
- Construcción de viviendas: el proyecto de un nuevo barrio acumula denuncias por sobreprecios y adjudicaciones sin licitación, investigaciones que hoy duermen en la Justicia.
- Recolección de residuos: la venta de camiones con logos recién impresos da cuenta de que el acuerdo estaba cerrado desde hacía al menos dos años con el gremio de Camioneros y la CGT local, liderada por Schavoni.
"Pergamino, una caja de recaudación"
Para los críticos, el peronismo pergaminense dejó de ser un espacio de representación de los trabajadores y las mayorías para convertirse en una "caja" manejada por un puñado de dirigentes.
"Es una verdadera vergüenza que el peronismo se reduzca a cobradores de coimas para beneficios personales y, además, para dirigentes nacionales que extienden sus redes", afirma un dirigente local que prefirió mantenerse en el anonimato.
Este mecanismo no sólo erosiona la identidad peronista (fundada en la justicia social y el interés colectivo) sino que cede parcelas del territorio bonaerense a alcaldes señalados por prácticas delictivas.
Pergamino, sostienen, no es más que "la caja de la derrota de la gente y de la identidad peronista en nuestra provincia".
¿Hacia dónde va el peronismo local?
Mientras las autoridades nacionales del partido no se pronuncian, el clima político en Pergamino se torna cada vez más tenso. Los vecinos demandan transparencia y control de los recursos.
Activistas de base y agrupaciones internas se organizan para denunciar ante la justicia y fiscalizar las próximas licitaciones. Sin embargo, el poder de quienes hoy dirigen los hilos del partido parece estar cimentado en lo quidado de la "unidad rentable".
"Viva el negocio", concluye con ironía uno de los malestar más extendidos entre los militantes de a pie: el peronismo, tal como se lo conoció, parece haber entregado sus banderas a cambio de recaudación.
