Durante el último fin de semana se registraron manifestaciones y medidas de fuerza impulsadas por Martín Navarro, dirigente del sindicato de Pasteleros, que derivaron en denuncias penales por presunta coacción y extorsión. Las presentaciones ya se encuentran en trámite y, según trascendió, abrirán en los próximos días un proceso judicial que podría complicar seriamente la situación del dirigente.

Las acciones incluyeron bloqueos y presiones directas sobre establecimientos, promovidas junto a sectores internos del gremio y con respaldo político de espacios vinculados a Fernanda Raverta. El despliegue de las protestas fue calificado por denunciantes como intimidatorio y excedido de los marcos legales de la protesta sindical.

Navarro es un dirigente con antecedentes como delegado gremial en la firma Alfajores Balcarce. Ex compañeros de esa etapa señalaron a este medio que su desempeño estuvo marcado por ausencias reiteradas, uso permanente de licencias gremiales y una desvinculación casi total del trabajo en la línea de producción. Los testimonios coinciden en que su actividad sindical estuvo más orientada a la acumulación de poder interno que a la representación efectiva de los trabajadores.

Según las denuncias y los relatos recogidos, Navarro habría abusado de las facultades previstas en la Ley de Asociaciones Sindicales, utilizando herramientas concebidas para la defensa laboral como mecanismos de presión, beneficio personal y construcción de liderazgo interno. Estas prácticas, sostienen, generaron malestar dentro del propio gremio y tensiones con sectores productivos.