Política | 05/12

Municipios

El sabbatellismo apuesta al desgaste para retener Morón tras ruptura con Lucas Ghi

La ruptura entre Martín Sabbatella y Lucas Ghi desata tensiones en Morón, donde el sabbatellismo busca desgastar al intendente para presionar su desvinculación frente a la pérdida de apoyo electoral.

La fractura política entre Martín Sabbatella y el intendente de Morón, Lucas Ghi, abrió un nuevo capítulo de tensiones en la interna local.

Más allá de lo personal, esta ruptura parece estar marcada por una estrategia del sabbatellismo para recuperar el control del municipio a través de Diego Spina, secretario de Gobierno de Morón y primer candidato a concejal en la lista oficialista.

La estrategia estaría orientada a desgastar la gestión de Ghi, con la intención de fortalecer la figura de Spina como sucesor.

Según fuentes cercanas a Nuevo Encuentro, Sabbatella busca aprovechar los costos políticos que Ghi podría enfrentar en los próximos meses, mientras se lo aísla políticamente.

Una separación anunciada

El quiebre se oficializó a través de una carta de Mónica Macha, diputada nacional y esposa de Sabbatella, quien calificó la actitud de Ghi como “deslealtad” hacia el espacio que lo formó políticamente.

Sin embargo, las diferencias van más allá de lo emocional, ya que apuntan al rumbo de la gestión y al control político del Municipio.

En los últimos meses, Ghi buscó marcar un liderazgo propio, lo que desde Nuevo Encuentro se interpretó como una traición a la estructura que lo respaldó en cuatro elecciones para la intendencia.

El escenario que se avecina

La continuidad del sabbatellismo al frente de Morón parece depender de una estrategia para esquivar el desgaste electoral que enfrentaría un candidato directamente vinculado a Sabbatella.

Sin pronunciamientos públicos de Ghi sobre el conflicto, su administración encara el desafío de mantener la gobernabilidad mientras lidia con estas tensiones internas.

Esta fractura no solo pone en riesgo el liderazgo político en el distrito, sino que también evidencia la dificultad de un espacio político para reinventarse en un entorno cada vez más competitivo.

Queda por ver si esta ruptura logra reconfigurarse o si marca el fin de un ciclo en la política de Morón.

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