Política | Ayer

Influencia sin límites

En Río Negro, Alberto Weretilneck extiende su red desde la política hasta las empresas energéticas

El gobernador consolida un esquema que mezcla familia, negocios y poder institucional, con participación directa en proyectos estratégicos.

Mientras el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, predica austeridad y exige “responsabilidad fiscal” a los trabajadores del Estado, su entorno más cercano vive rodeado de lujos, cargos públicos y contratos millonarios. Detrás del discurso del sacrificio colectivo se oculta un sistema de nepotismo, acomodos y censura que se extiende por todo el territorio rionegrino.

Weretilneck no es un improvisado del poder. Comenzó su carrera mucho antes de llegar a la política, trabajando para una empresa constructora en el Valle, donde tejió sus primeras alianzas con empresarios y dirigentes locales. Desde entonces, su influencia creció como una red que lo abarca todo: la obra pública, los medios, la justicia y el sector energético.

Quienes conocen la interna provincial aseguran que el mandatario “tiene tentáculos en todas partes”, controlando con mano de hierro tanto los resortes del Estado como los espacios de opinión. “Nada se mueve en Río Negro sin que Weretilneck lo sepa”, repiten los que alguna vez se animaron a desafiar su poder.

El amor también tiene su precio (y en dólares)

En las últimas semanas, la polémica se desató cuando se conoció que su actual pareja y candidata a senadora, Andrea Confini, fue designada como directora de YPF S.A., la petrolera estatal más grande del país.

Según trascendió, Confini percibe un contrato de 70 mil dólares mensuales, un sueldo que equivale a más de 70 millones de pesos al tipo de cambio oficial, en una provincia donde los trabajadores estatales apenas superan la línea de pobreza.

Confini fue hasta hace poco secretaria de Energía y Ambiente de Río Negro, y su ascenso al directorio de YPF se oficializó hace apenas dos semanas. En teoría, representará los intereses de la provincia hasta 2026.

Pero lo que muchos señalan es que el cargo llega justo en el momento en que YPF y el gobierno rionegrino avanzan con los megaproyectos Vaca Muerta Oil Sur (VMOS) y Punta Colorada GNL, dos negocios millonarios donde confluyen intereses políticos, empresariales y familiares.

¿Coincidencia? En la política rionegrina nadie cree en las casualidades.

Una familia modelo… del Estado

El caso de Confini es apenas la punta del iceberg de un verdadero imperio familiar sostenido con fondos públicos.

Mónica Weretilneck, su hermana, figura en la nómina de Canal 10 (Radio Televisión Río Negro SE) hace más de una década, con un salario que supera los 2 millones de pesos mensuales.

Marcelo Weretilneck, su hermano, vive en La Plata pero cobra doble: de la Universidad Nacional de La Plata y del Ministerio de Salud bonaerense.

Su exesposa, Sandra Viviana Huth, acumula más de 5 millones de pesos mensuales en ingresos, entre su cargo en el Gobierno de Río Negro y otro en el Instituto de Seguridad Social del Neuquén (ISSN).

Su hija, Luciana Weretilneck, fue nombrada por su padre como directora del Mercado Artesanal de Río Negro, con un sueldo superior a los 2,5 millones de pesos, y además creó la sociedad El Tomero S.A. junto a un empleado de EdeRSA, la empresa provincial de energía.

Censura, despidos y libertad de expresión en peligro

Pero el poder de Weretilneck no se limita a los cargos y los contratos. En los pasillos de la administración pública se habla también de persecución, censura y miedo.

Hace apenas unas semanas, un empleado estatal que es periodista fue echado de su cargo por cubrir el caso Fred Machado, una investigación que incomodó al poder político y expuso vínculos entre empresarios y funcionarios. El despido fue interpretado como una advertencia directa a quienes se atrevan a informar lo que el gobierno prefiere ocultar.

“No fue un error, fue un mensaje”, aseguran sus colegas. En Río Negro, la libertad de prensa parece tener precio, y el costo lo paga quien ose desafiar al gobernador.

Un Estado privatizado en manos de un clan

Con esposas, hermanos, hijas y ahora su pareja integrando estructuras estatales, Weretilneck ha transformado el gobierno provincial en un feudo familiar y político, donde las instituciones se confunden con los intereses personales.

Mientras tanto, los hospitales carecen de insumos, las escuelas cierran por falta de calefacción y los trabajadores esperan aumentos que nunca llegan.

Pero en el círculo íntimo del gobernador, los sueldos se cuentan en millones y los cargos se heredan como títulos de nobleza.

Una pregunta que retumba en todo Río Negro

¿Hasta cuándo los rionegrinos seguirán tolerando este modelo de poder concentrado, donde los amigos y familiares del gobernador son los únicos beneficiarios del esfuerzo colectivo?

Mientras Weretilneck da clases de austeridad en los medios, su entorno sigue acumulando privilegios, contratos y dólares.

En Río Negro, el ajuste tiene nombre y apellido: para algunos, austeridad; para otros, los dólares de YPF y el silencio comprado.

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