Política | 08/04

Interna caliente en el PJ bonaerense

Kicillof desdobla las elecciones y rompe con Cristina: se vota en Buenos Aires el 7 de septiembre

Tras semanas de pulseadas internas, reproches silenciosos y negociaciones sin destino, Axel Kicillof oficializó el desdoblamiento electoral y puso fecha a las elecciones bonaerenses: 7 de septiembre. Lo hizo mediante decreto y con la autoridad que le confiere su cargo, pero también selló un capítulo clave en la interna más feroz del peronismo de los últimos años.

La decisión deja expuesto el quiebre con Cristina Kirchner, su mentora política, y reconfigura el escenario electoral del distrito más populoso del país. En rigor, Kicillof argumentó razones técnicas: la coexistencia de sistemas electorales "boleta única nacional y tradicional local" habría derivado en caos logístico, mesas divididas y demoras en los cuartos oscuros. Pero el trasfondo es netamente político.

En una reunión fallida con Máximo Kirchner y Sergio Massa, el gobernador no logró conciliar posturas. El resultado fue el decreto que provincializa la campaña, desactiva el sueño de Cristina de arrastrar la elección local con la nacional, y abre la puerta a un 2025 que puede ser clasificatorio para 2027.

La reacción del kirchnerismo fue inmediata y sin filtros: en mensajes off compartidos con medios, acusaron a Kicillof de actuar “unilateralmente”, de “dividir y partir el peronismo” y de ser “un suicida político”. El texto distribuido por referentes K apuntó con dureza: “Es responsable del desmembramiento de un proyecto nacional”.

Desde el massismo, el malestar también se hizo sentir. El titular de Diputados bonaerense, Alexis Guerrera, suspendió una sesión clave que buscaba tratar la eliminación de las PASO. “Vamos a tratar el proyecto del gobernador. Somos institucionalistas”, señalaron desde el entorno de Massa, aunque sin disimular la incomodidad con la jugada de Kicillof.

La historia reciente de tensiones entre el gobernador y La Cámpora incluye desacuerdos por candidaturas, frenos legislativos a proyectos oficiales, y hasta disputas simbólicas como las canciones en actos políticos. Sin embargo, hasta ahora nunca se había explicitado un distanciamiento tan claro, aunque Kicillof insiste en su llamado a la unidad.

¿Habrá una ruptura formal? ¿Presentará Cristina Kirchner su candidatura en la provincia? ¿Se fragmentará el peronismo bonaerense en más de un frente? El temor de dejarle la provincia servida a Javier Milei, que sigue erosionando su base pero conserva potencial electoral, mantiene a todos los sectores en alerta.

Por lo pronto, la certeza es una: en Buenos Aires, la campaña ya empezó. Y esta vez, con los aliados en trincheras enfrentadas.

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